Myanmar sigue siendo uno de los destinos misteriosos y desconocidos en el mundo, que ofrece todas las delicias tradicionales de Asia en un solo país.

Empezando por Mandalay, volaremos a Bagan para admirar la llanura de los 2000 templos y volaremos de nuevo al lago Inle para explorar su vida flotante. Cruzaremos el lago y las montañas para llegar a una región recientemente abierta al visitante, Loikaw, y visitar sus minorías, Kayah y Kayan y finalizar nuestro viaje en Yangon.

En el Estado de Kayah y en el sur del estado de Shan, recién abiertos a los visitantes extranjeros después de décadas de prohibición, viven parte de las minorías étnicas de Myanmar. Animistas y católicos - o habitualmente con una mezcla de ambas religiones -, mantienen sus propias costumbres y tradiciones.

Atravesando todo el lago y descendiendo hacia el sur del Estado Shan en dirección a Loikaw, encontramos a los Pa-o, que bajan de las montañas cargados con sus cestas trenzadas en las que transportan los productos que ellos producen. En los animados mercados que se instalan semanalmente en los poblados de los márgenes del río, aprovechan para venderlos y para comprar otros productos necesarios.

Más al sur, alejados de los núcleos de población, algunos subgrupos de la etnia kayan, viven en pequeños poblados en las montañas de los alrededores.

Sus casas están construidas íntegramente en madera y todas tienen un huerto para los productos de consumo diario y un corral con gallinas y cerdos. En los alrededores de los poblados, encontramos sus arrozales y sus rebaños, únicas fuentes de ingresos. El hecho de que estos poblados queden bastante aislados, les permite mantener todavía su modo de vida tradicional.

Fuente: Tuareg Viatges