En cualquier época del año, Maldivas no tiene rival. Es un paraíso de playas de arena blanca y lagunas de gran belleza. Un paisaje solo apto para el más soñado de los descansos. Verano eterno.

Famosas por sus maravillosas aguas traslúcidas, su cielo claro, sus fantásticos palmerales y sus coloridos peces tropicales, las Maldivas ofrecen una baza imbatible: permiten disfrutar de unas vacaciones en el mismo Edén, alojado en unas villas, habitaciones o bungalós ubicadas sobre el mismo océano Índico. Y eso durante todo el año…

Un mar color turquesa difícil de olvidar

El descanso aquí es sagrado. Villas sobre la arena o sobre el mar, nada disturba la felicidad. El mundo no puede ser más perfecto. Además, resorts como el Four Seasons Maldivas o Six Senses Laamu ofrecen a sus clientes una gastronomía de gran calidad,  y un spa con las últimas innovaciones en el mimo del cuerpo.  Por supuesto, todas las facilidades para practicar el surf, el snorkel, la pesca submarina. Para sentirse como pez en el agua.

En el exterior, en la misma puerta de la villa, un mar color turquesa inconmensurable, difícil de olvidar. Las aguas, puras y cristalinas, facilitan una visibilidad media de cerca de treinta metros.

Evadirse de la rutina

Al fondo, diversas y minúsculas islas deshabitadas acogen playas tropicales exuberantes. Parecen un incontable número de pequeñas manchas verdes que emergen de un azul de postal. Es posible acercarse a algunas de ellas en un dhoni, la pequeña embarcación tradicional a vela de esta tierra, para disfrutar de un almuerzo o una cena en la más estricta intimidad. 

En el horizonte, el dios sol se va despidiendo poco a poco. Es un momento único. Escoltado por cocoteros y palmeras, hay que respirar intensamente y disfrutar de la oportunidad de decir adiós al día en el ambiente más deseado. Empieza una de las noches más inolvidables de nuestras vidas. Realmente, Maldivas no tiene rival. El mejor lugar para evadirse de la rutina. Sentirse vivo. Verano eterno.

Fuente: FERRER & SARET